La tragedia en la adolescencia

¿hasta dónde expresar la tristeza?

Tanto desde estudios científicos como en la mediatización del Ser adolescente, se lo describe desde la oscuridad de pensamiento y su enfrentamiento a las estructuras instituidas e instituyentes.
Aún en espacios organizados para la Expresión de los mismos, dicha visión se trata de borrar. Recuerdamos una ocasión donde un joven había realizado su entrega final de “Educación Cívica” grabada en un Casette. En él, por medio de extractos musicales, construyó un guión donde la música dialogaba con la Constitución Nacional. Dicho trabajo obtuvo un 9 como calificación y el comentario: “Si no hubiese tenido un final tan trágico, tenías un 10. Siempre hay que dejar una luz de esperanza”. Otros espacios funcionan de esta misma manera: organizaciones sociales que inculcan una forma determinada de cambiar el mundo, espacios de participación que incluyen modos estandarizados de vestimenta, clubes que transforman esa tragedia en fanatismo y otras miles de instituciones que no enfrentan la tragedia como tal.
En los talleres de animación siempre nos preguntamos: ¿Cuánto podremos construir con los desencantamientos de esta gente?, ¿hay que insistir con la “luz de la esperanza” o trabajar desde la tragedia misma?